Aquí, les dejo dos artículos escritos por Diógenes Céspedes en donde presenta explicaciones y ejemplos sobre el gerundio. En uno de los artículos, el autor se centra en la definición de Juan Luis Onieva Morales (gran tratadista del gerundio) y, en el otro, se ajusta a la definición de la Nueva gramática de la lengua española. Muy interesante.
La nueva gramática de la lengua española
Escrito por: DIÓGENES CÉSPEDES
Uno de los capítulos más espinosos y a la vez despachado con la mayor sencillez es el uso correcto del gerundio, se expresa en todas las gramáticas como una forma verbal que termina en ando/endo y a usarlo se ha dicho.
Sin embargo, desde que uno aborda su definición y las reglas que preceden a su uso correcto, nos encontramos con un nudo de dificultades. Si todo se redujera al uso de la terminación verbal ando/endo, los usuarios del idioma estarían felices.
Las dificultades comienzan cuando se examina el funcionamiento del gerundio. Es un adverbio, y como tal, la primera regla es que debe ir siempre antepuesto o pospuesto al verbo que modifica. La definición del gerundio no extraña problema, ni las formas que presenta. Juan Luis Onieva Morales (Curso superior de redacción. Madrid: Verbum, 1995) es uno de los mejores tratadistas del gerundio: “El gerundio es una de las tres formas no personales del verbo. Puede presentar dos formas: una simple (saltando) y otra compuesta (habiendo saltado) (p. 180).
El autor ofrece un primer ejemplo de gerundio simple: El político saludaba a todos los presentes sonriendo. Y otro de gerundio compuesto: Habiendo concluido el plazo, no posee validez tu solicitud.
Ahora bien, dice Onieva que el gerundio puede usarse para “expresar una acción simultánea a la del verbo principal”: (Me canso conduciendo) o anterior a ella: (Habiéndose quitado la cadena de oro, se la entregó al asaltante.”
El problema para el usuario común comienza con la abstracción de saber qué es una “acción simultánea a la del verbo principal” y qué es una acción “anterior” a la del verbo principal. La interiorización de esa primera regla le permitirá al usuario (con suerte) producir oraciones con gerundios correctos. Pero viene una segunda regla, todavía más abstracta: “se considera incorrecto e inelegante el empleo del gerundio para indicar una acción posterior a la del verbo principal”. Un ejemplo: “*Se marchó a Francia durante la guerra, muriendo unos años después.”
¿Dónde están lo incorrecto y la falta de elegancia? Lo incorrecto está en que la acción del gerundio es posterior a la acción de marcharse. Y la falta de elegancia reside en que ese gerundio es más presente que pasado y su uso en esa frase produce un contrasentido o confusión. Como el gerundio es una acción de corta duración, nadie puede estar muriéndose años después. Y además, dice Onieva que “el gerundio no debe usarse para expresar una acción posterior a la del verbo” porque “se trata de acciones coordinadas y no coincidentes, que se deben expresar mejor mediante conjunciones coordinantes.” ¿Cómo expresar mejor el ejemplo de arriba? Así: “Se marchó a Francia durante la guerra y murió años después”.
¿Cuántas funciones puede desempeñar el gerundio? Según Onieva, cuatro. La primera: “constituir el núcleo del predicado de proposiciones subordinadas adverbiales”. Ejemplo: Habiendo salido el profesor, todos los alumnos comenzaron a hablar.
La segunda: “formar parte de una perífrasis verbal”. Ejemplo: Cada año voy aprendiendo más.
La tercera: “Modificar al verbo como un adverbio de modo, ya que el gerundio es un adverbio verbal. Ejemplo: María, vístete corriendo. Frase que es igual a: María, vístete rápidamente.
Y cuarta: “Complementar a un sustantivo de la proposición principal para explicar algo de él, tomándolo como sujeto”. Ejemplo: El jugador, sintiéndose muy cansado, pidió el cambio. Otro ejemplo de Onieva: Encontraron al enfermo tosiendo en su cama.
1. Una última regla de Onieva: El gerundio no debe usarse nunca como un adjetivo calificativo del sustantivo: “*Se necesita secretaria hablando inglés). Lo correcto es : “Se necesita secretaria que hable inglés:
¿Por qué? Porque el gerundio es un adverbio, no un adjetivo.
Recapitulando:
2. Gerundio simple con aspecto no durativo. A este propósito, dice Onieva: “el gerundio simple expresa una acción durativa e imperfecta en coincidencia con la del verbo principal. La incorrección se comete cuando se usa este gerundio en otro tiempo que el del verbo de la proposición principal.”
Estas son las mismas razones por las que no es ni correcto ni elegante decir o escribir frases parecidas a: Se marchó a Francia durante la guerra, muriendo unos años después.
Ejemplo último de frase incorrecta: *Teniendo yo dieciocho años, ingresé en el ejército. Ejemplo de la frase correcta: Cuando tenía dieciocho años ingresé en el ejército.
En la próxima entrega veremos la posición de la Real Academia Española sobre este asunto del gerundio.
Publicado en: http://www.hoy.com.do/areito/2010/8/14/338041/La-nueva-gramatica-de-la-lengua-espanola
Según la Nueva gramática...
El gerundio según la Nueva gramática
Escrito por: DIÓGENES CÉSPDES
Ampliamente explicado en la Nueva gramática de la lengua española publicada en 2009 por la Real Academia Española (del punto 27.1 al 27.11 (p. 2037 a la 2104), el gerundio está definido como una forma no personal del verbo.
Así lo vimos definido por Juan Luis Onieva Morales en las citas que de su libro hicimos en la entrega anterior. Los redactores de la nueva gramática prefirieron definir la terminación del gerundio a partir de la desinencia de los verbos de primera, segunda y tercera conjugación (de cantar, cantando; de comer, comiendo; de vivir, viviendo. Parece que le interesaba mostrar cómo los verbos de la segunda y tercera conjugación adoptan un diptongo gráfico, que no fonético, en comiendo y viviendo.
El párrafo 27.1c introduce una modalidad arcaica: “Las oraciones de gerundio no aparecen introducidas por preposiciones, con la excepción de “en”, ‘en llegando’, construcción en desuso en la lengua actual que se analizará en el párrafo 24.4j-l. Tampoco aparecen introducidas por conjunciones subordinantes, con la excepción de ‘aunque’ y ‘conque’. Aun así, esta última restringida a ciertos usos del gerundio independiente.”
Este acápite merece un comentario: Si usted desea ser un utilizador impecable del gerundio, colóquelo siempre delante o detrás del verbo al cual califica. Y si usted no es escritor, sino un usuario que desea escribir bien, déjele los usos complicados a los escritores. Como al que echan manos Isabel Allende y José Luis Sampedro, en los ejemplos que aporta la NGE en p. 2038 al utilizar el gerundio con ‘aunque’.
Pero esas formas complicadas están llamadas a desaparecer porque no califican verbos, sino conjunciones, como en los casos que aporta la NGE (sigla por Nueva Gramática Española, de ahora en adelante) en ¿’Conque bebiendo, eh?, donde está tácito la flexión ‘estás’, como si preguntáramos ¿’Conque estás bebiendo, eh?’ Un anafórico. Y la NGE autoriza el gerundio precedido de aunque, pero no con porque o si: “Aunque siendo muy consciente de ello.” A tolerancia está obligada la NGE, porque en este caso ‘siendo’ no califica a ‘aunque’, sino a ‘muy’, que es adverbio, y un gerundio, dado que funciona como un adverbio, sí puede calificar a otro adverbio, aparte, por supuesto, del verbo, pero jamás a otra categoría gramatical.
Otra observación. No solo es arcaico el uso de la preposición ‘en’ + gerundio, sino que semejante construcción constituye una galicismo (vaciado crudamente del francés ‘en arrivant’) y los calcos de un idioma a otro hay que evitarlos, por el principio de que cada lengua analiza la experiencia humana de modo distinto; y, segundo, calco aparte, tal uso indica falta de creatividad y por último vulgarismo.
Viene a resultar como el gerundio inglés (‘present tense’), usado masivamente por el gremio de los que hablan en radio y televisión, y de ahí, transferido a la población escasa de educación que lo repite por imitación o al creerlo cultismo: “Estamos hablando de”, es el mayor orgullo de los programeros, entrevistadores y entrevistados en los medios. Símil inglés de (‘We are talking about’). ¿No bastaría por todos los diablos, ley del menor esfuerzo incluida, con decir: “Hablamos de un déficit fiscal de más de 13 mil millones de dólares” en vez de “Estamos hablando de…?”
En el acápite 27.1e, la regla buena es que “al igual que el infinitivo, el gerundio admite pronombres enclíticos (‘mirándola’) y rechaza los proclíticos (*‘la mirando’), que eran normales, sin embargo, en la lengua medieval.” (p. 2039). Pero ya no lo son, ¡qué lástima!, dirán los arcaizantes. Pero si quieren encontrar estos enclíticos con gerundio, solo tienen que aprender portugués, donde los encontrarán a borbotones. La razón es, según Saussure, que el portugués se quedó, con respecto a la evolución histórica del español, en un estadio medieval. Disfruten de los ejemplos medievales que aporta la NGE.
Igual observación sobre la pérdida “de la mayor parte de los gerundios con pronombres proclíticos” durante el período clásico. Lo afirma la NGE y ofrece un ejemplo de uso actual en las oraciones negativas donde tales pronombres “se siguieron utilizando, sobre todo con verbos de estado. Así, Cervantes usa gerundios con enclíticos en su prosa (‘acompañándola, asiéndola, hallándola’), pero alterna ‘no lo siendo’ y ‘no siéndolo’.
Prueba este ‘no siéndolo’ el carácter evolutivo de las lenguas. Un cambio no sale ni entra de golpe y porrazo, sino que para que ‘no siéndolo’ perviva hasta hoy, habiendo enterrado la forma anterior, ‘no lo siendo’ o ‘no lo estando’, se necesita a veces un siglo, sino dos, pues es en el XIX cuando la última forma terminará por imponerse cabalmente.
En el acápite 27.1g (NGE, 2039) nos remontamos a la lingüística histórica (diacronía del español): “Los gerundios con proclíticos precedidos del adverbio ‘no’ se documentan en otros textos del Siglo de Oro. Se registran, aunque solo esporádicamente, en los siglos posteriores”. Mueven a hilaridad, como moverá a lo mismo dentro de un siglo o dos el español que hablamos en 2010: “Sólo os advierto que, ‘no lo habiendo’ de por medio, no fuera destinada vuestra voluntad” (Castillo Solórzano, Trapaza).
Hasta la próxima, con nuevos casos de usos y desusos del gerundio en la NGE.
Publicado en: http://www.hoy.com.do/areito/2010/8/23/339134/El-gerundio-segun-la-Nueva-gramatica